Cuaderno de Bitácora(3.1)Mañana(1.1): Se equivocó en una palabra, carajo

Nuestra primera visita (y creo que única) fue a Alhambra, lugar de interés mundial por su importancia histórica, pero, ¿qué pasó? Que llegamos allí y casi no nos dejan entrar. Entra en juego la figura del profesor cabreado, Jose llega a taquilla, en taquilla le hacen un corte de mangas y le dicen que se suba y pedalee, que el papelito ese no sirve para nada. Él que se queda con ganas de liarla. No se ponga usted nervioso, le dice uno de los taquilleros. Le faltó responderle con un puñetazo en la boca, pero no, esperó la llamada pertinente y como esa mujer bajita y acreditaba no solucionaba nada, hizo paciencia y comida de uñas hasta las dos y cuarto, cuando una mujer con toda la pinta de haberse divorciado de Shreck le dice que no puede hacer nada, que la mujer que se encargaba de esos fax no está, que se ha ido de vacaciones y que vaya al Patronato, al que se accede atravesando en una recta la puerta que una rubia bajita con cara de Gracita Morales custodia. Entienda que tengo que ejercer mi función, y nos hizo recorrer la muralla de la Alhambra, cuesta arriba y sin parar, para llegar al Patronato donde nos recibe la versión granadina del pringao de turno: un tipo con balas al que le han dicho: Van pa’llá dos del Blas Infante, los hemos rociado de gasolina aquí, quemadlos allí que aquí da muy mala imagen. Y al rato sale una mujer y dice: ¿Sois los del Blas Infante? Bueno, pues ponme aquí lo que ha ocurrido y me lo firmas, me das cualquier papel que te hayan dado, cuando Jose termina esa especie de recapitulación de actos, la señora vuelve, el segurata la mira y esta dice: ¿Tienes alguna acreditación de que eres profesor?, Jose, extrañado, dice: El sello del centro... No, no, eso no vale, una acreditación. Entonces la maldad irónica que me caracteriza imaginó a esa mujer crucificando a Jose y diciéndole que si no tenía acreditación... allí no entraba ni Cristo... claro... Pero no ocurrió nada de esto, tan solo dijo: Os llegáis a taquilla y entráis a los palacios a las cinco. Naturalmente, por el culo se la hinco.